sábado, 16 de enero de 2021

Boceto para una esfinge

 


Hace surf en las dunas
y en sus venas,
densidad de arena,
salpicaba la mirada
de los que esperan
un milagro fuera,
cuando dentro, tiembla,
la verde primavera,
desolada, atenta,
a la cierta nada,
a la verdad eterna
de su inexistencia,
Saluda surfista,
mira los que vuelan,
más alto,
más afuera.
En su corazón late
la esencia,
palpita
la tierra.



domingo, 3 de enero de 2021

2021. año nuevo, ser hueco.

Año uno de la nueva era
la era de la nueva pandemia 
allá vamos hacia la sombra.

Estación de ayeres

Me he vuelto a sentar en un rincón de aquel parque donde ayer tú y yo visitábamos el aire, flotando en un paraíso inexistente, de aromas plenos.
Hoy, tras la muerte del sol en el oeste -tu sol, tu punto cardinal- se han llenado los bancos de hojas resecas y espacio vacío.
No recuerdo el día de hoy, ni el porqué, ni para qué me sirve, si agonizo.
Pero aún necesito mantener abierta esta estación, para que el tren de los ayeres me deje en el andén las piezas del desguace con las que construyo, de nuevo, miniaturas de niebla.
Necesito seguir entre los vivos para no olvidarte.

Feniletilamina

Perseguido por la luz que acompaña tus pasos
requeridos, adorados, rotos ya.
Con ella voy, trampeo,
e inclemente el tiempo me ata
me retiene,
me devuelve la imagen desvelada
luz negra del recuerdo.
Cartas marcadas por el óxido
de las margaritas poseidas
por el nácar de la miseria y los bulbos.
Espadas de ángeles vengativos
escondidos entre volutas de humo
-tu boca con el cigarrillo prendido de rojo-
Bravo animal de siete brazos
que nada aún contra corriente
y se estira, asoma su fragil cuello,
entre las olas gigantescas de los álamos
Acosa al parque, el puente, las bicicletas
ridículas y muertas.
Mientras, maletas de ébano
repletas de misterio y kilómetros,
se cierran solas al paso de la orquesta.
No encontramos la cartera negra
con los viejos documentos
las firmas de la derrota
y la empresa da en quiebra
a pesar de elevar por encima de lo inverosimil
el nivel de ganancias del fracaso.
Hacemos algo con el convenio
de la coca que masticamos juntos
con la misma boca
mezclando deseo en la misma saliba
o
sencillamente esperamos a que se cumpla
el afán de etiquetarse para siempre
con los labios recién pintados de rojo
en la moqueta humedecida
y en la sacristía mas cercana
dejar el pasaporte al país de los lamentos.
Nunca más me guíes por esos ciegos senderos
que para salir del laberinto
necesito dosis eternas de feniletilamina.