Nada me ata aquí ni siquiera el futuro. Louis Aragon.
Los números me observan desde su distancia de papel
y llevan en sus formas la mentira del tiempo como escudo.
Se multiplican entre ellos como bacterias al final del colon,
precisos como rocas vírgenes del penúltimo planeta,
se ofuscan en buscar el origen de los pecados de la razón.
Los más valientes resisten los ataques de las computadoras
y sumergidos en el mar de su futuro, ensamblan electrones.
Los débiles no pueden ejercer su estéril derecho a la nada,
antes de su destrucción se evaden en el vaho de las palabras.
Ay los números, cuajados de misterio y de renuncias,
esconden sus esenciales virtudes entre el moho de las neuronas.
Nada les ata, lo saben todo, hasta el futuro obedece a sus designios.
Mientras, los mortales, solo miramos los precios de las cosas,
sabiendo que en realidad no son números, sino cadenas.
Lo único que nos ata aquí: no tenemos futuro.