lunes, 8 de marzo de 2010

Viejo ya

Sobre este cuerpo viejo ya y fatigado no caben más deseos.
Ya comienza a declinar el sol, ese que calienta y da vida incluso en las sombras.
Amor me llama y busco la palabra en el diccionario.

Tu mar

Se me cayó el corazón en el mar de unos ojos mientras remaba con mis pestañas. Y ahora, ¿qué hago sin latidos? ¿Ahogarme?

Otra de mi amigo Pedro

"Estar en lugares tan concurridos no me produce ninguna satisfacción, sin embargo, debo ir y hacerme presente para que después no me hagan el vacío. Estoy tan necesitado de un poquito de cariño, que no me importa ir a misa, a los toros, a la manifestación,de compras..."

Esto es lo que le decía mi amigo Pedro a mi mujer, antes de meterse en la cama con ella.

Esa ciudad

Hay una ciudad rodeada de murallas con nebulosas,
que se extiende más allá del viento,
y no deja que mis pasos se acerquen a su misterio.
Una ciudad transparente bajo sedas multicolores
que mira tras su castillo y sus murallas,
dejando a la puerta el deseo de su silencio.
Una ciudad entera de sal y cuerpo,
que funde su salobre ardor,
en el misterio del amor de los que buscan su consuelo.
Una ciudad que vive en la eternidad
en lejanía.

Aquel día

Aquel día dijo no, como la lluvia incesante,
dijo no, como el pan cuando falta,
dijo no, con la vista nublada,
dijo no y acalló un sonido de equilibrio.
Aquel día dijo no y me llevé el deseo a las manos,
como un monedero vacío.
Aquel día dijo y abandoné la casa como en su busca.
Aquel día fué el último de un número acordado.
Aquel volví por el mismo camino, cité su nombre,
su color preferido y un recuerdo de seda en los labios.
Aquel día dijo no y aún no se porqué.