No sería acaso gran maravilla morir un día como hoy. Louis Aragon
Golpes y golpes y golpes y más golpes,
siempre golpes, agrietando el aire hasta dejarlo con la sequedad del antiguo fondo de los mares.
Golpes y golpes y golpes y voces desencajadas,
en la eterna condena de lo que ya no tiene solución.
Golpes y golpes y asco a borbotones,
vomitonas de odio sobre todo lo vivo.
Golpes y desolación hasta parir la muerte,
parir la muerte,
y que ella,
deposite el fruto de su vientre,
aquí en el cuenco acuchillado de mis manos,
para
morir hoy, por ejemplo.
No sería acaso
gran maravilla
morir
un día como hoy.
Para no volver a oír golpes y golpes y más golpes.