martes, 29 de enero de 2013

Cambiar roca por savia (P.A. 9)

Cambiar roca por savia,
verter sobre mi vida lava,
hacer que hierva el suelo,
volver a las miradas:
Y mas cuando la siega ha comenzado,
soltando hacia los aires las hoces,
los huesos y las mieses enredadas en el cuerpo sin migrañas,
en la máscara de hielo sin dolor y sin espadas...
Cambiarlo todo por nada,
y empezar a recordar
como fracasa el agua
entre las rocas enredada:
Más azul entre las ramas,
más raíz entre la savia,
más dulzura espectante y esperada,
más calma,
más anhelo de cuellos enredados,
bajo las sombras de robles y de nardos,
más magia...

viernes, 25 de enero de 2013

Tu cuerpo es mecha (P.A. 7)

Tu cuerpo es mecha, cadena, ruido, silencio, aroma, espacio, cerradura, arma, alma, armazón, número, ecuación, sistema, estrella, casa, nada y todo.
Tu cuerpo es mecha: arde, camina, habla, cierra, habita, dispara, siente, escucha, ordena, desarma, ilumina, acoge, vuela y calla.
Tu cuerpo es mecha y mas que abrir camino a la explosión de los labios, espera su dulzura y se alza en la humedad para dejar que los largos dedos de la pasión se vuelquen en él y estallen como eternos caminos en el firmamento y su respiración.
Tu cuerpo es mecha.
Déjalo que prenda.

Mi ausencia en la aridez (P.A.7)

Mi ausencia en la aridez,
la ausencia de tu voz,
porque siendo origen y sendero
de todos los viajeros
que no buscan más que el sueño,
me vuelven a la casa
tus ecos y las sombras del pasado,
el desierto que tuve que cruzar
solo cuando estando no estabas,
esa aridez del suelo cálido
esa araña que retorna a la arena,
y lleva entre sus mandíbulas
los instrumentos necesarios
para morder entre las muescas
de mi rifle apostado
en las colinas, en las dunas
de este seco y místico desierto,
de la soledad y el deseo de subir
a la grupa y a las alas
que mas da,
si lo que importa es viajar.
Mi ausencia,
y al lado de mi mesa
tú, con tus labios rojos
y las medias negras
dejando un reguero de aromas.
Me persigue la aridez.

martes, 22 de enero de 2013

Se niega a confesar (P.A. 5)

Se niega a confesar
y busca excusas entre la nieve y la distancia que le ofrecen las mismas palabras que la noche anterior ocultaban el paisaje de la vida entrelazada con los sueños y los deseos abatidos por la soledad y la desesperanza
Se niega a confesar
para no tener que acudir a los juicios que amigos y poetas de la calle le hacen sentir entre los dedos de plástico y pintura maloliente pegadas a las rocas de los anuncios
Se niega a confesar
que le dan miedo las manos cercanas en los tanatorios donde yacen suicidas de amores imposibles y gestos agotados en el tiempo de correos y trastornos
Se niega a confesar
como solo circula entre electrones y amigos que devuelven el océano de humo a la última página de los libros que nunca han leído ni leerán
Se niega a confesar
pero sigue vivo y ya no llora
solo se niega

sábado, 12 de enero de 2013

Liberado de las cosas casi invisibles (P.A. 245)

Liberado
por fin de las rocas pegadas a los trinos y a las mayúsculas
de
los racimos verticales de la música tendida al sol y al viento
las
causas primitivas de todos los errores que matizan los espejos
cosas
imposibles
cosas invisibles
liberado al fin:
errático sin las cadenas
frío sin las ataduras
inerme sin los grilletes
invisible
inviable
invariable
por fin.

El tiempo empezaba a faltarle (P.A. 245)

El tiempo empezaba a faltarle
un siniestro recorrido por los pasillos ocultos de los hipermercados
llevaba entre las alianzas de oro y espectáculo a un día perdido
entre tantos.
Faltaba el tiempo y para él,
como falta la risa en las pizarras,
decidido a suspender el vuelo de sus ávidos sueños y sus páginas
entre tantas.
El tiempo y sus comienzos:
estallido de crisis permanentes
regidas por los magos que escupen fuego y hacen malabares
que nadie cree.
Falta el tiempo
decía escondido entre el coro de ruinas y escayolas
pátina de espacios, ángulos y pérdidas de simetría
para al poco
volver sobre sí mismo ausente de palabras
y envuelto en la lógica imposible
del plástico de los relojes.
Acusado de perderlo entre los mitones de sus manos ateridas,
refugia su poder en la mirada y solo él sabe
que más alla del minutaje de las fábricas,
está el carcelero que reparte rodajas
de tiempo entre los presos
de las máquinas.
El tiempo empezaba a faltarle
y ante ello poco pudo hacer con los gritos:
imposible empresa de esperanza.

jueves, 10 de enero de 2013

A mis ojos jamás (P.A. 245)

A mis ojos jamás
llegan palabras enteras
como por ejemplo sed o rabia o música
porque son tan largas tan inabarcables
tan infinitas
que mis ojos se llenarían de lágrimas
si acaso
atisbara a percibir tan solo
una milésima por millón de su significado.
Como por ejemplo

Unos pocos jirones de blanco (P. A. 245)

Unos pocos jirones de blanco
abren paso con firme voluntad de permanencia
entre ocres, rojas y oscuras pinceladas
de niños que gritan perdón para los justos.

Casi perdidos entre montañas de azúcar e insulina
bracean contra el viento entre banderas descosidas
que exponen su inútil voluntad de pervivir ante el futuro.

Casi sueños entre nadas de plástico flotante
en el mar más lejano
que impiden navegar al oxígeno
de pulmones agridulces.

Casi dedos, huecos entre esponjas y perfiles
de aluminio por donde se cuela el viento
helador de las mentiras
que afilan las uñas de las venganzas
y se quedan a esperar lo que acontezca.

Casi harapos, almas desguazadas
posando para el fotógrafo del tren
que se despide de todos nosotros,
agitando sus carretes desnortados,
cabelleras renegridas,
infinitos mechones retorcidos,
mas que la memoria que deja para siempre, atrás,
su inútil permanencia
y su deseo de desear el blanco eterno
de esos pocos remiendos de su ropa.

Apenas sin ser visto (P.A. 245)

Apenas sin ser visto
cargando con océanos de penas,
llagado por estatuas liberadas del cartón
y presto a sucumbir ante los puentes.

Se acerca: a renglón seguido de las cornisas
con las palabras de la cárcel
cercanas a la celda más oscura.

Se agacha: puntas de acero en el filón
de los periódicos tirados por el suelo
en la húmeda madera de los sueños.

Se sumerge: muerte sin pasión en las ventanas
lanzada como fuego en las orillas
de la mar de los olvidos más severos
enterrados por los niños en la playa
sin aceras y sin músicas pretéritas.

Se axfisia: torrentes de libros retorcidos
bajo las espinas de ropas orientales
que no aguardan ni los azules ni los fríos

Apenas sin ser visto
descuidado, sin alivio, sin peines ni cabellos,
silencioso
se va escondiendo entre los brillos
de las brasas que huyen de tormentas
violáceas
que escupen hielo
entre las sombras...

Sin ser visto.

miércoles, 9 de enero de 2013

La niebla

Hoy amanece con niebla en los ojos de las gentes,
una gruesa capa de ceniza cubre las miradas,
como una pesada caja de cartón con despedidas.

Hoy el mundo se vuelve mortecino y misterioso,
porque los cielos de la nada se expanden a sus anchas,
dejando tras de si bóvedas de enigmas y torturas.

Hoy huyen los negros miedos que me calman
porque los ojos se cerraron con la niebla
y antes de abrirse piensan en otras cálidas miradas.

Hoy, ventanas y puertas, cerradas, tristes,
se evaden como fantasmas, en su función imposibles,
porque nadie tiene las llaves y todo está olvidado.

Hoy, a pesar de todo ello, la niebla se disipará,
si hermosas palabras se encuentran y se funden,
diversas energias que convergen y se unen en la luz.