Una singularidad en estas coordenadas espacio-temporales, tratando de explicarse. No hay nada más.
miércoles, 2 de diciembre de 2020
jueves, 22 de octubre de 2020
LA CASA
Voy a dibujar la casa
con palabras de arena
y de horas
o de ensueños.
En cualquier caso,
teñiré con colores que surgen del olvido
las paredes de cada habitación,
el semblante oscuro de cada rincón,
la magia de la memoria en cada ventana.
Es un juego, una máquina virtual
que puede despedazar los muros,
agujerear las paredes,
desconfigurar el número de teléfono.
En nada dañaré los ojos de los demás,
dejaré que siga creciendo el musgo entre la piel,
el odio en las cornisas,
las venas de la alergia ribeteando la vida.
No quiero que surjan nuevas batallas
en la lectura apócrifa de este texto,
en la interpretación bruñida por la rabia,
en la búsqueda de enlaces
donde solo hay viento.
Por eso, por favor,
si llegan a ti los ecos de estos versos,
no digas que fui yo el autor.
Deja la incógnita, la duda, la metáfora
de los ruidos perdidos en el mar del tiempo.,
algo así, que pueda justificar el rito que ahora inicio
dejando que mi muerte se pierda,
como tantas otras, en los pantanos de la prisa.
Hazme caso y déjate llevar
solo por el sonido,
no le busques el sentido a nada.
Nada se salva
todo vuelve al inicio.
Y así será siempre.
LA ENTRADA
Se abre la puerta de la calle,
por ella entran y salen los vivos.
Salen los muertos.
Cargan sobre su cuerpo frío
la memoria de sus odios,
los ecos de sus frustraciones,
los remiendos de sus deseos,
y el poco amor que disfrutaron
se diluye en las venas ya vacías.
Allí reposa la despedida,
la última mirada,
el adiós de los suyos,
las palabras absurdas del párroco,
el bastón colgado de la puerta,
las gafas de las últimas lecturas,
los pañales sin usar,
la mujer que les cuidaba en su agonía.
Sale el último muerto,
en sus manos un rosario de cristal,
entrada al cielo en el que nunca creyó
y que alguien colocó
como última venganza.
La puerta se blinda de nuevo
cuando sale el último muerto,
e impide que entre el aire,
se oxigene el sudor
que va dejando el odio,
en las chaquetas y en los ojos,
hartos de ver pasar
la vida sin beber su jugo.
Hall de entrada,
varias puertas,
elegid la continuidad
de la ruina.
LA COCINA
Máquinas que mueven y trituran
alimentos, mientras la boca
mastica qué clase de verdades,
qué tipo de mentiras,
qué odios obvios
o desgracias recalcadas,
voy a soltar esta vez.
Mi dieta está formada
de rotas premoniciones,
vueltas de tuerca al pasado,
láminas de celos
y un aroma a rencor,
que todo lo invade.
Mientras, las ollas a presión
dejan blandos los tejidos
de la carne, la que difunde
en mis órganos
el polvo de los caminos,
ese deshecho del tiempo
que nos tocó vivir.
Sentados a la mesa familiar,
donde ya no queda familia,
ni palabras para compartir,
vuelvo, callado, a observar
las caras que no miran,
que solo buscan el veneno
para una muerte rápida
y esperanzadora.
Tristeza en el postre,
que a pesar de su dulzor,
se carga con la espada
justiciera, imposible de blandir.
Dejemos que el horno
caliente esa ración de verdura,
mientras el lavavajillas,
se carga de platos y cristales,
invadidos por el peso pétreo
de residuos: el aire que respiran.
Orden, limpieza, razones
para vivir en la lógica
que impide emocionarse
si no es con la rabia o con la ira.
Friega cuando terminemos
y sal a la calle con la basura.
Recordad, por último,
que la cocina está llena de cuchillos.
EL SALÓN
El poder del salón está en la tele.
Frente a ella reunimos tierra
que se acumula en el cerebro
y nos frena la emoción
de la verdad.
Se arma el salón
con las gamas de colores
de todas las cortinas,
de todas las persianas
que anulan el sol.
Se puebla sus paredes
de cuadros, imágenes y dioses
que se vuelcan en el placer
de destruir la imaginación.
Hágase la luz y las lámparas
se descolgarán buscando el hambre
de señuelos de aves peregrinas.
Una estampa de la virgen negra,
aumenta su presión sobre mi cuerpo,
desnudo en el centro del sofá.
Hace calor y abiertas las ventanas
entra el veneno del aire,
a transformar el humo del tabaco.
Estamos todos,
está todo, cada uno en su universo,
dejando sus dedos pegados,,
a sus rutinas de teclas,
aislados como monos de feria,
indolentes ante el desafío
de la verdad.
Convivencia de mudos,
sistema perfecto para anular
la razón y la verdad.
Sigo tumbado, hay fútbol,
adormecimiento y palomitas.
Estoy en el salón del hogar,
donde reside la redención
de las almas muertas.
EL PASILLO
Distribuye el pasillo los pasos
y los olvidos, las mentiras
y los escombros.
Abre el camino hacia el portazo,
el encierro en cada espacio,
la gloria de hacer lo que te de la gana.
Estoy en mi habitación.
Ris-ras-ris-ras.
No entrarás porque pisas mi libertad.
Corto, estrecho, oscuro, silencioso.
El mejor amigo,
nunca interviene, nunca denuncia,
jamás delata tu comportamiento.
Me sitúo en el centro de la L
y me siento rodeado de los nichos
personales, los hábitats del desprecio,
el inicio de todas las pequeñas separaciones.
El acceso a la parte oscura de mi cueva.
No os mováis de vuestro lugar, mientras
el yo
- omnipotente yo -
llega inmune de la lluvia ácida de las miradas,
al refugio anti-personas,
que es mi habitación.
Cierro por dentro.
Salvado el pasillo.
LOS BAÑOS
La pureza inmaculada
es la mierda que se desprende
del intestino,
la única pureza material
que preside el cuarto de baño.
Está el desprendimiento,
la desnudez,
la locura del cabello,
el tapón de champú y pelos
retorcidos y devueltos al agua,
la suciedad que se encarga
de darnos la razón de la existencia,
el alma de nuestra vida,
la continuidad de lo eterno,
que se rehace, se rechaza
y se recicla
para volver a mi y a todos,
sedientos de belleza,
en la fría podredumbre del espejo,
envoltorio de plata,
para la piel que huele
a lo que no somos.
Todos pasamos por el baño
y salimos molestos,
por el ruido del aire caliente
que el otro nos dejó como recuerdo,
y su aroma, que es el mismo
que otorgo a mi estancia,
esa débil mortal sin cobertura.
EL DORMITORIO DE MI HIJO
Paso por el océano vacío de su existencia
y no veo más que un vasto dolor y desamparo,
una inquieta pasión por las sustancias,
que busca, adicto y somnoliento
para otorgar el sentido que perdió.
Su cama, deshecha, huele a alcohol y desespero,
filtra la humedad del semen y la orina,
descansa de otros cuerpos oxidados,
que, como él, sudan el hastío y la tortura.
Hay muebles llenos de desorden,
vacíos de emociones y aventura,
desiertos de motivos y razones.
solo quedan el polvo y las colillas,
esperando que una mañana,
entre un viento de derrota,
los derribe de un zarpazo
la razón, el futuro y la vida.
EL DORMITORIO DE MI HIJA
Está vacío,
porque ella no habita en esta casa,
dio su salto vital hace ya tiempo
y se escapó de este cerrojo.
Es la alegría que mitiga el dolor,
la fuente de agua fresca que brota
con la pureza necesaria para eliminar
la energía inútil de otros fracasos.
Alimenta la luz y la esperanza
y deja a su madre con el poso
de la gloria de haberla llevado
en su interior
para prolongar la vida
con sentido de futuro.
EL DORMITORIO DE LA PAREJA
Las cucarachas se abren paso entre las cortinas,
señuelos de la pasión que se desborda,
y una misera canción de negra cobertura,
va en la comitiva junto a ellas.
Unidas inundan los almohadones con leche y calentura.
La amarga sensación del trago a flor de piel,
se vuelve océano de rutina,
para ensimismarse en el sueño inquieto,
donde insectos de dudas y culpas,
se adueñan del poco espacio
que deja el olvido,
los rencores,
los miedos y el ruido,
el negro olvido,
el brillante olvido...
las cucarachas pasean su cuerpo
entre los vivos,
que quedan
meditando su desesperación,
para mayor gloria del cemento
que cubre la tumba del lejano amor.
A pesar del sol,
el aire es turbio,
la luz incierta,
el ánimo quebradizo,
el despertar inútil.
Las cortinas densas
se nutren de las escamas
de los insectos,
que se abren paso entre ellas.
LAS VENTANAS
Óculos abiertos,
cerrados los huecos
de las entrañas.
Tanto vanos sin ventilación,
tantas almas arañando cristales,
tantos seres al filo del alfeizar,
¿Son las ventanas los ojos de esta casa,
LAS TERRAZAS
No tiene balcones esta casa,
CHIMENEAS
está en el ordenador
GARAJE
LA CASA ES MUY GRANDE
martes, 6 de octubre de 2020
La mirada necesaria
La mirada necesaria brota de las maletas
donde se acumula la ropa sucia de tantas generaciones
que han urgido mirarse a los ojos
para no matar en ellos la esperanza.
Esas miradas azul, verde, roja, seca
irradian desde los espejos cóncavos,
volcados en la búsqueda del más allá,
olas inmensas como el océano
entre manos ávidas de besos,
sobre labios finos y prietos,
que desprenden mordeduras de sol,
brillos y espejos de luna,
ante el templo de los dioses oscuros.
Los fondos de esas miradas me persiguen
en la noche, para dejar entre mis poros,
el caldo de cultivo de la desesperación
y el desasosiego:
gotas formadas por lágrimas sucias,
lluvia oscura para humedecer
mis sueños salobres.
Hacen falta
Miradas necesarias para paliar el silencio
y devolver a la tierra su parte de luz
y liberar sus cuerpos atados.
Miradas necesarias para mover la arena
de los párpados,
la pátina de viento pegada a las pestañas,
la flor iridiscente en la pupila,
el último suspiro de papel,
las hojas otoñales empapadas,
el aire, mover el aire,
con las miradas necesarias.
lunes, 31 de agosto de 2020
Autorretratos en la oscuridad
domingo, 30 de agosto de 2020
Vómitos
jueves, 23 de julio de 2020
Mundo.
Madera de pruno.
miércoles, 22 de julio de 2020
Hacia dónde con el mismo mapa
El primer fracaso es el origen
martes, 14 de julio de 2020
Olvidamos tus ojos.
Perplejidad.
sábado, 27 de junio de 2020
Mesa desplegable.
En su falsa eternidad inamovible, en su discurso equilibrado y orgánico, en su aparente sencillez arrancada del bosque y arrasada por la máquina, en su belleza de escaparate, en todo su ser, hay vida, aún esperanzada, anhelando el vuelo de las garzas y sus plumas, el viaje que inicia la imaginación y termina en líneas de grafito entrelazadas, el paseo de los seres que surgen de las páginas y se abalanzan en la noche de los pensamientos, en otras manos y otros dedos, en todos los ojos que se engarcen en sus curvas y dobleguen los segmentos y los vuelvan arcos y flechas tensados hacia el viento, al otro lado de la casa, al otro lado de los sentimientos.
Máscara.
viernes, 26 de junio de 2020
Ventanas rotas
Inseparables
nada de lo que manifiesto es verdad,
todo es una dualidad permanente,
ida y vuelta en la misma vía muerta,
sin escapatoria hacia un atisbo de luz,
sin razones, ni emociones,
los dos están en mi, son yo.
Sin vencedores ni vencidos,
sin miedos, ni pasiones,
solo hechos,
actos impuros, duros,
dolorosos, implacables,
dañinos para mi
y para todos,
tóxico en la medida
del veneno que ingiero,
ardor de estómago
u, odio a raudales.
Inseparables, ingobernables,
no se pueden educar,
solo piden dinero y asco.
Eso siento.
jueves, 25 de junio de 2020
Mejores amigas.
Lengua tóxica
miércoles, 24 de junio de 2020
Boca del metro
Mirlo muerto
eternidad desde su cuerpo muerto, deseo de venganza,
muerta la paz sin justicia, mirlo muerto, muerto y negro,
pico naranja, pico muerto, ya no canta la madrugada,
patas rígidas de mirlo muerto, plumas negras,
brillando la muerte entre las alas yertas,
muertas plumas negras de mirlo muerto.
Deja entre mis ojos la muerte negra,
que recuerde tu mirada negra entre la mía,
pátina de cera negra en mis pupilas,
muerte negra de mirlo negro,
de mirlo muerto,
Secas pupilas y reseco plumón
que respira aún la última mirada
del asesino a sueldo.
martes, 16 de junio de 2020
Días y cuerpos.
esa doblez de tu vida que se puede encontrar con alguien,
disfrutar del tiempo y poder vivir.
Para qué dos cuerpos, para qué dos vidas,
si con una ya hay suficiente fracaso.
jueves, 19 de marzo de 2020
Quinto día
por el decreto del estado de alarma,
que el estado de derecho
ha creído conveniente
y poner a todos los vecinos,
de cara a la pared del salón
donde está la tele.
Al parecer un virus coronado
está dando un paseo por el mundo
dejando en este viaje un reguero de hijos,
renegados y furiosos,
que llueven sobre la nariz de los humanos
haciendo trizas sus pulmones
y llevando a miles a los infiernos.
De paso se cargan los dineros
y los paseos y las tiendas
y el modo de vida que nos tenía tan contentos.
Virus contra virus
a ver quien sale vencedor,
quien es más fuerte:
¿El humano o el coronado,
el villano que desoye a su planeta
o el rey de los virus que es sordo a todo?
Allá vamos,
dejándonos la piel en el intento,
sin saber aún,
quien desató el invento,
si un salvaje animalito
o un salvaje ser humano,
deseoso de quedarse con todo
entre sus manos,
da igual que sea
materia viva o almas de muertos.
El objetivo es ser el primero
en vender la vacuna
que aplaque a los coronados
y deje sin dinero a los humanos.
(Lo siento, estaba todo preparado,
dejé la ventana abierta de mi laboratorio,
hermano. Es la ventaja de ser el primero.
¿Has leído la historia de los seres humanos?
Está todo dicho:
no tenemos solución)
Tiempo después...
martes, 4 de febrero de 2020
Despedidas.
Había un punto de trágica belleza en la escena
y algo extraño sucedió:
sentí la presencia de mi padre
acariciando la cara de su mujer,
mientras mis ojos fijos,
Besaba su cadavérico rostro
al mismo tiempo que yo.
Solos los tres,
nos estábamos despidiendo.
Algo que no hicimos con él.
jueves, 30 de enero de 2020
martes, 28 de enero de 2020
entreme donde no supe...SJC
Las sombras prolongadas de las cosas
y los otoños
se venían hacia nosotros,
acosando las ramas desnudas
y el placer.
Momentos mas allá.
donde los pétalos violetas
se desgranan de sus flores,
un suspiro de dolor
axfisió la luz tardía
de un día ceniciento.
Allí estuvo mi mano,
acusando con sus huellas
la verdad y la leyenda,
recorriendo con su tacto
el terreno descosido, desconocido
y ausente.
Donde no supe...
Entreme...
Y un sudor frío me recorrió
la frente.
lunes, 27 de enero de 2020
la basura, o parte de ella
llena de bricks y botellas
y latas
organizadas en mi cocina,
dentro del cubo para el reciclado
de todas esas cosas.
Me lo recuerda el ayuntamiento
día si, día también.
La bolsa es verde, verde césped,
verde yerba, verde musgo,
verde esperanza.
Lleva un nudo hecho con sus dos asas,
como una corbata pajarita,
de etiqueta,
que cierra su boca y oculta su contenido.
Cuelga de mi dedo índice de la mano izquierda,
como una ligera compañera,
que viene a dar un paseo conmigo
hasta el contenedor amarillo,
amarillo trigo maduro,
amarillo sol,
amarillo margarita o genista también.
Abro su portezuela
y. en vez de poder depositar allí
mi amable compañera verde ojos de tigre,
sobre fondo campo de Castilla,
comienzan a brotar a borbotones,
como una vomitona multimatérica,
todos los envases que obedientes vecinos
han ido dejando a lo largo de la semana,
una montaña que se me abalanza,
se adhiere a mi cuerpo,
y me hunde entre sus pequeñas fauces
de aluminio, hojalata o polietileno,
polestireno, policloruro o polipropileno.
Mi mujer se desgañita desde la ventana de la cocina,
pero no la oigo,
solo veo su pequeña imagen que se desdibuja
mientras soy incorporado al fondo de la cueva,
junto a los PET O HDPE,
los mejores amigos del hogar,
Desierto
domingo, 26 de enero de 2020
Simetría en tu vientre
Besos y labios en ese oscuro prodigio de tu vientre
Vi entre las manos húmedas de sal, tu piel
Piel de sal, mis manos húmedas en tu vientre
Vi entre la mirada de deseo, tu respiración
Respiración de mi deseo al mirar tu vientre
Vi entre la piel y mi sed, tus ojos
Ojos, sed y piel para tu vientre
Vi entre el agua y la espuma, tu risa
Risa de la espuma vencida en el agua de tu vientre
Vi entre el reloj y el anhelo, el amor
Cuánto amor , deseo sin reloj sobre tu vientre
El lienzo en blanco (De "Zurita")
Peceras flotando en el aire con líquidas ciudades dentro. Fuera, peces extraños mirando.
Conos volcánicos, vueltos del revés, erupcionan máquinas, tornillos, botellas de plástico.
Sobre fondo negro, bocas abiertas vomitan estrellas y puntos de luz.
Puntas de lanza emergen del océano.
Corazones blancos vueltos del revés, destilan líquidos rojos, y verdes y de todos los colores.
Cara sin ojos. Cuencas con lápices surgiendo de ellas.
Parejas de cuerpos desnudos puestos de espaldas, atados, nadando en el aire, surgiendo del fondo de la tierra.
Campos de almendros cayendo al mar, sus raíces arriba, portando entre sus entrañas esferas de acero.
Frutas doradas que se abren y depositan su carga de despojos humanos en esas mismas orillas.
Libros abiertos como tiendas de campaña sobre rocas grises.
Montañas de cristal, nevadas de vidrios rotos, casas de barro y ciudades de cartón que se derrumban al paso de la riada de escarcha, que inunda las conciencias de los destructores de cuerpos.
(Es una muestra de la capacidad evocadora que me produce ese libro excepcional)
viernes, 10 de enero de 2020
Ahora es nada.
Un nuevo círculo de espejos anhelantes de dolor, gira ante nosotros con la furia de un ciclón y recorre en menos de un segundo, la jaula especular donde yacen los cuerpos vivos, memoria presente del pasado y deseo sin futuro.
Nos aturde la veloz carrera que violenta el aire, nos traspasa el frío que cabalga entre las nubes desplegadas cuando baila y nos amarga con el triste sabor de la ceniza que dejaron libros abandonados en anaqueles de la historia.
Me graba un surco en la piel el ácido que emerge del ruido de tanto movimiento imprevisible. No es dolor lo que se siente, es una cobertura rígida del imposible sueño de entender. Comprensión sin más, palabras que ruedan desde el centro del giro y brotan en espiral ante la inútil necesidad de conocer.
Es ahora, es nada.
Inútil descargar de la mochila el paquete que acumula las palabras, más aún, entender que significan y ya imposible saber que representa este alarde de nadas circulando a la velocidad de la luz, a la búsqueda de los enlaces necesarios que den sentido al día, a este ahora que ya no es nada.
Es lo normal
los hechos diarios elevados a ley,
porque sin ley no hay orden y sin orden
no hay mas que feliz anarquía
de lo inesperado, del azar
como pegamento del suceso vital,
que amalgama un día tras otro
con desenfadada alegría,
o
todo lo contrario.
Es lo normal.