jueves, 26 de enero de 2006

el gris del miedo

como un enigma entre el gris de las noticias
van salvándose los días como los sueños se hunden
solos y amarrados al flotador inexistente de los labios
entre números y ecuaciones
entre rejas de papel
y misterios de nácar

son como azúcar diluidos
sin pasar factura aún ante el notario del olvido
el único que no cobra por conocer el misterio
como hermosas volutas de alcohol
que arden con la magia del recuerdo

y se envuelven en papeles
de nuevo
grises, misteriosos, dulces
embriagados de sí
para no ser

miércoles, 25 de enero de 2006

el malva de las ojeras

de qué lirio color malva son las ojeras
cuando la melancolía transpira pena
y no deja hueco al aire
que llega desde la calle
llena de risas y de árboles

de qué seda color malva son las ojeras
cuando la rabia tras la muerte
se apodera de laqs células
y no deja lugar
para que la piel se vista de sol
del parque que rodea lacasa
de esa nieve que ilumina

de qué amatista color malva son las ojeras
qué el aroma, la textura y la belleza
penden de la magia de los días
que se pierden por el oeste
dejando la casa vacía.

martes, 17 de enero de 2006

tuning

en este entorno del plagio con tantos cables que se retuercen y anudan
se saludan cada mañana los diosecillos del neón y el ruido de motores
buscando tras la noche de rumor de nieves un momento de azul
en los escaparates de sus motores que brillan sin pudor ante sus reinas

ellas se abren en espumas de nácar y discuten entre sí por saber cuál es la más bella
y se despojan al momento de sus ropas para tenderse entre el cuero y el ámbar
que amasaron con los brazos de aventura que iniciaron a las doce

mientras ellos ya han perdido las llaves del amor
y ahora se entregan al pulido de esos tapacubos
que cubren sus ojos como gafas para mil estrellas
insomnes y aturdidos
no ven la luz que se desprende de los cuerpos de saliva y sacramento de pasión

más de todo

qué buscaba entre las rocas si el océano venía vacío
volcaba sus olas de espuma invisible entre las piedras frías
y las miradas de mil espectadores en la orilla se volvían grises

sacaba paletadas de arena reseca de los hoyos de los niños
y vuelto de espaldas al ruido del paseo miraba el aire
como respirando por los ojos que dejé cansados
para encontrar sonrisas en las preguntas y en las imposibles respuestas

oportunas como el cuco de los relojes sonaban sus horas
y marchaba en sentido opuesto de espaldas al mar
ausente de las rocas, de las piedras, del aire y de todas las arenas
de castillos y de ensueños para sentir de nuevo
más de todo

vagabundo

vagabundo de la nada entre el escombro y la ausencia
me acerco a dormir en los huecos de los nombres
como si la magia de las letras me diera cobijo
cálido acogido entre los trazos de tinta
y aún con el miedo a lo desconocido
pegado a las ropas que no cambio
me ahuyento y vuelvo
desnudo y solo
arrullo
mar

sábado, 14 de enero de 2006

esperanza

me habla desde su sillón de mimbre
sin mirarme apenas y con la piel reseca del dolor
intenta acercarse el calor de los que aún palpitan
mientras los demás la miramos con la pupila dilatada
por la pena eterna y la lástima
ella levanta su hilo de voz para pedir agua
no me atrevo a mirar sus labios
tanto tiempo besados por la sal del mar y mi saliva
me duele apartar sus manos leves de su frente
cuando intenta pedir ayuda
y se agarra de nuevo a sus parches de morfina
porque la dignidad se le escapa con el dolor y la agonía
nadie frente a ella se pregunta
con qué droga aliviaremos nuestro anhelo
esperar esperanza bella vana palabra
para soportar la vida

miércoles, 11 de enero de 2006

citas y libro

El mundo es eso. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos bobos, no alumban ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano
y un libro
para leer despacio y eliminar las ojeras