martes, 4 de febrero de 2020

Despedidas.


Había un punto de trágica belleza en la escena
y algo extraño sucedió:
sentí la presencia de mi padre
acariciando la cara de su mujer,
ya perdida en su demencia,
mientras mis ojos fijos,
miraban a mi madre,
cercana a su muerte.

Besaba su cadavérico rostro
al mismo tiempo que yo.

Solos los tres,
nos estábamos despidiendo.

Algo que no hicimos con él.