Había un punto de trágica belleza en la escena
y algo extraño sucedió:
sentí la presencia de mi padre
acariciando la cara de su mujer,
ya perdida en su demencia,
mientras mis ojos fijos,
mientras mis ojos fijos,
miraban a mi madre,
cercana a su muerte.
Besaba su cadavérico rostro
al mismo tiempo que yo.
Solos los tres,
nos estábamos despidiendo.
Algo que no hicimos con él.
Besaba su cadavérico rostro
al mismo tiempo que yo.
Solos los tres,
nos estábamos despidiendo.
Algo que no hicimos con él.