miércoles, 25 de abril de 2012

Costurones

Esto de la aguja se me da fatal. Siempre que alguna prenda se me rompe, se me rasga o tengo que poner un botón, hacer los bajos a los pantalones, mis manos no son capaces de enhebrar la aguja, asir el hilo correctamente y no digamos, rematar decentemente la tarea y el arreglo que intento.
En realidad, esto del cosido es una metáfora -o una analogía, no lo se muy bien- porque me pasa lo mismo con todo.
Llevo casi cuatro meses -¿o es durante todos mis años?- intentando arreglar los últimos costurones de esta penosa vida que me ha tocado en gracia.
Como los de ésta, vamos.