viernes, 22 de febrero de 2013

Cápsulas de tiempo

Necesito, querido amigo, que me prestes, pues urge, una caja de tus cápsulas de tiempo, que quiero mezclar mi sangre con esa especie de sanguijuela azul que prendes de tus células y fragmenta codiciosa todo lo que toca.
El tiempo que abarcas con tus dedos es más fuerte que el puente que saltamos, cuando borrachos, accedimos a la misma mujer que nos miraba impertérrita y distante.
El tiempo que tú manejas es el que robamos juntos tras saltar las verjas de la muerte y ahora tú atesoras encapsulado entre los dedos de tus amantes.
Me has dejado solo ante el sufrimiento por el desgaste de mi cuenta temporal, y ya no tengo fuerzas para vencer de nuevo las tormentas, aquellas que antaño despejábamos a espadazos de palabras y de alcohol.
Solo préstame, mejor, ponlas en mi cuenta con la vida, y ya no volveré a molestarte más, no tendrás que sentir de nuevo el peso de la culpa cuando te llegue mi aliento cuagulado, por la falta de aire y de esperanza.
Anda, no seas cabrón, déjame que me lleve a los labios una parte muy pequeña de tanto que te sobra.
Solo es para usarla con este último temblor que me ha hecho querer vivir de nuevo.

lunes, 18 de febrero de 2013

Definición

Me acostumbré muy pronto a llamarme por mi nombre, a solas, cuando tú escondías las botellas y me gritabas mentiras que solo oían los vecinos. Me llamaba imbécil a mi mismo, como se llama al perro que camina contigo y no suelta ladridos cuando debe y se mea en tu alfombra, para dejar prendido su olor en un territorio valdío de emociones y de búsquedas.
Imbécil, por no saber si definirme era asi más corto y más eficaz a los ojos de todos tus amigos, familia y demás corte de sabios, predicándome de lunes a domingo mi inútil lucha, con esas vidas precipitadas en los andenes de los trenes que parten absurdos, en vías tangentes a círculos de oscuras piedras, clavadas en la cenicienta pradera del temblor. (La lógica se pierde en este pozo)
Imbécil, como yo, metido a brujo en tu rueda, modelada por el agua y el viento que sin dejarme vivir, me aparta a mi rincón etílico y febril. Para todo hay salida y sin embargo...

Aliento

Joder, no se si era tu aliento o el mío, 
nos quemaba en la boca el recuerdo a ginebra de la noche,
copa tras copa hasta agotar la botella
y ahora mezclado con nuestra saliva,
rezumamos hielo y fuego al mismo tiempo.
El alcohol nos dejó perdidos en la náusea
y no podemos levantar el vuelo de nuestros hábitos diarios.
Duermo y no sueño,
sueño y no puedo mirarte,
mis ojos, señales perdidas de tráfico
volando en tus pupilas vacías,
cargando toneles de verbos y sombras
sin fuerzas, ni ganas,
sin cables, ni aire.
Ya sin aliento, no puedo llorarte.

martes, 12 de febrero de 2013

Allí pasé la noche

Allí pasé la noche, envuelto en las garras
del olvido
con el aire cubriendo mis dedos
ateridos
aferrados a esta pluma que
te envío
por no saber aún cual es
mi sitio.
Me saben a nácar
encendida
las puestas de sol de las
caricias
como el calor de la lana de la
risa
o las flores del pecho
desvestidas.
Ahuyento como puedo estos
pesares
que me pierden en tú sabes qué
lugares
y la esclava condición de mis
andares
me transporta siempre a ti.
o a los bares.

martes, 5 de febrero de 2013

Citas

Cada hombre contiene varios hombres en su interior, y la mayoría de nosotros saltamos de uno a otro sin saber jamás quiénes somos.
No podemos vernos muy a menudo, ya sabes cómo son estas aventuras clandestinas. Tantas mentiras que decir, tantos apaños que hacer. Pero siempre que lo conseguimos, salta la vieja chispa. Pensaba que se me habían acabado esas cosas, que ya estaba para el arrastre, pero ... me ha rejuvenecido. La piel desnuda, .... . Ésa es la única cosa por la que vale la pena vivir.
...cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.
P.A. Brooklyn Follies





Me gustaría seguir sacando la fuerza, la dulzura y la alegría de estos últimos tiempos....las únicas armas para combatir la impotencia...

La ventisca alimenta el azar (P.A. 21)

Siempre el invierno, siempre enero, goteando hielos en las madrugadas, limpiando el aire, dejando los cristales en la piel y los cabellos. Viento, ventisca, movimiento perpetuo revolviendo el ánimo, donde anidan los impulsos, los instintos, los deseos, los sueños. Imprevista la noche aquella en la que hasta la niebla se abrazaba a nuestro azar, imprevista la ventisca robando el calor de los motores, alimentando el glorioso revolver de tus vestidos, envueltos en la noche.

Ata la lengua a sus errores (P.A. 21)

Ata la lengua a sus errores, como él mismo se ata a lo que ama, buscando una sombra de elocuencia en las montañas y en los tajos, perder siempre en los recodos más amargos de rutas que abren otros ojos y desnudan otros brazos. No importa el río que danza veloz con sus aguas entre pájaros, no importa su ruido de misterios y de gotas, siempre las mismas, que descarnan arenas orilladas a la noche. No importan las palabras equívocas como lanzas sin destino, fugaces, al azar, como esa interpretación que tú haces de las nubes. No importan más que los errores, las quejas, las dudas, los celos, los miedos, los arrepentimientos, las culpas, los sentimientos todos opuestos a la gracia del brillo de tus ojos alejándolo todo, cercano al cráter, boca del volcán donde cenizas huyen. Pasmada la lengua, yerta, unida por siempre a sus errores.

sábado, 2 de febrero de 2013

Han memorizado la derrota (P.A. 13)

Mis células han memorizado la derrota, hasta tal punto, que conocen como es su amargor antes de registrar en su adn las huellas del aire, el paso del oxígeno y los ecos que dejan las míseras voces que llevan por mensaje la condena.
Y en esta condición de perdedor, visto el traje de salir a conquistar la tierra y camino por el borde de la acera entre la velocidad de las motocicletas y el paso anciano del vecino del tercero.
Aún me queda calderilla de amor en los bolsillos para comprar unos gramos de consuelo, a quien igual que yo, lo único que lleva en la memoria es la derrota.

Yo te nombro desierto (P.A. 11)

Desierto y nada más, asi, como el de Miguel, desierto y sin arena. Yo te nombro y apenas sale de  mi boca tu nombre, te has convertido en sol, arena, calor, polvo, huella, viento, luz, ceguera, pérdida, desierto solo y nada más. Y es todo al mismo tiempo, lo que fue y no pudo ser, lo que dejó atrás el fulgor de la tarde y el helado temblor de la noche, la búsqueda del alimento que engañe el hambre, palíe la sed y rellene de nuevo el pozo con la nieve y el frío de todos los  misterios que nacen bajo la flor de la arena. Esa cobertura de apariencia, ese disfraz, el camuflaje perfecto en esta lucha por la superviviencia.

La luz siega las olas (P.A. 11)


Si, ese tiempo que dejamos volar entre los bordes de impresos negros de papel mojado, ese tiempo de palabras y deseos entrecortados, ese tiempo de nácar y cabellos satinados, ese tiempo de mirar y no ver nada. Ese tiempo era la luz. La energía que lo es todo, la fuerza del presente, la ausencia de futuro, el innoble oficio de la memoria. Ese tiempo era la mar, que vuelve con las mismas olas a rizar la arena, puesta a secar bajo los pies y nuestras huellas, hundidas hasta el fuego. Ese tiempo, transporte de todo lo vivido, molécula mortal, siega las olas, como la luz. La misma cosa.

Moteada de aire (P.A. 9)


Pregunto cuando será el día en que una ráfaga de viento,
acabe desplazando las nubes que oscurecen
las páginas absurdas de mi vida,
apartando esa colección de imágenes antiguas,
complejas y amarillas,
dejando apenas sombra o aire o nada.
Cuando será,
me llamo y me pregunto,
y apenas acierto a ponerme en pie,
entre la selva de helechos, que húmedos,
llagan mi barbilla.
Como voy a saber que está sucediendo en el horizonte,
si apenas logro imaginar mis propios pies
caminando perplejos entre el barro,
pegado a mi conciencia como una pátina de acero perturbador.
Moteada mi memoria  por halos de frescor,
suplico una sola verdad a esas huellas,
que dejan tras de si hondos misterios,
aun por resolver.