jueves, 4 de julio de 2013

Qué efímero ese maldito tiempo...

Tan poco y tan intenso,
que apenas abres y cierras los ojos
y la belleza se ha transformado
en una ráfaga de calor en los ojos,
que ciegos,
vuelven a la realidad y perplejos aún,
retornan al mínimo y cercano pasado
y descubren que tantas cosas han quedado por saber...