domingo, 17 de febrero de 2008

aturde el cielo

Tendió la ropa en la terraza mientras los poderosos boeing retumbaban sobre el sol. Cayó en la cuenta que mañana él volvería. Una semana sin su ruido, había resultado dulcemente silenciosa.

en esa casa

Sacude como puede su rencor contra la alfombra y camina descalza hasta el bidé, tras haber cerrado los ojos de su amante. No soporta que la miren tras haber hecho el amor. Un océano más allá, su marido transpira entre los brazos de una hermosa caribeña. Se lo saben.

se quejaba del negro

Era su color preferido: el negro. Hasta su ropa interior era siempre negra. Aquella mañana no encontró nada que ponerse. Había llovido lejía y una tormenta de celos deshizo su armario y esparció sus prendas por la playa, empolvándolas con la fina arena blanca. Salió desnuda y el frío amorató su piel hasta matarla.

será en otro momento

C. salió del lavabo. Había perdido su pañuelo de seda, bañado en el perfume que un desconocido dejó prendido en su cuello, mientras su marido intentaba complacerla con un Tapies de dos mil euros.