martes, 24 de noviembre de 2009

Solo la radio

Viajo solo con la radio puesta en el mismo punto del dial
Y, como siempre que viajo solo, hablo solo y sólo contigo.
Sin respuesta –ni siquiera en la radio-
creo en esa única verdad a mi alcance: la duda.
Y, ya ves, el coche, la radio y yo
–y tú en el otro extremo del universo inaudible-
nos hacemos amigos para siempre,
escuchándonos en tres dimensiones cruzadas,
creando un universo paralelo,
de los que hay tantos.
Miro a mi alrededor y a todos nos pasa lo mismo.
(Tengo que dejarte, creo que me están pitando los de atrás)

Suerte


Me llama la suerte por mi nombre de pila
y la dejo entrar en mi casa
para que haga de su capa un sayo,
arregle unos cuantos desconchones de mi alma,
reponga el fondo de mi armario,
y deje que la música de fondo con todas las notas de la ira
no llene mis oídos de ruido desagradable
y mi bañera de sangre coagulada.
La noche se avecina con cuchillos levantados.
acechando con sus hojas afiladas las cuerdas del piano,
siempre desafinado, que yace bajo mi almohada.
Un día más, la suerte, la mala suerte, entra sin llamar,
y yo me retiro a otra casa –solo en sueños-
para que no me toque reparar los daños que deja en el alma.
Y sin reponer mi armario, tan gris él.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Bajé, no pudo ser de otro modo


Tuve que dejar la máscara en la escalera de bajada al infierno.
Una sencilla nota de bienvenida indicaba mi ubicación.
No se permiten las máscaras, los antifaces, las caretas, los disfraces.
No se permiten las verdades a medias, ni siquiera las mentiras enteras.
Y aquí me tenéis, simple como un corro y entero, por ahora.
Con las sensaciones más sutiles recorriendo mi piel.
Impresiona mirarse uno mismo, desnudo y sin farsas.
La felicidad te embarga y te sumerge en un placentero caldo,
y más cuando ves que los demás que te acompañan son tú mismo.
Una verdadera orgía de emociones desconocidas se adueña de ti.
Y navegas, junto a todos, en un dulce mar de orgasmo continuo.
Dulce infierno sin mentiras.
Apacible averno sin quimeras
Verdad eterna.

Demostración

Me lamento tantas veces de lo que no soy, que ya no sé si no ser algo es algo importante y nada de lo que lamentarse. Claro, el no ser, ya es ser algo importante. “Todo número es interesante”

Fin de semana

Y además, ella se iba de viaje este fin de semana muy, pero que muy lejos. Mientras tanto, yo quedo solo, en el remoto lugar que siempre me asigna la resignación, esperando una nueva oportunidad para sanar las heridas de mi despedida.

Muñeca rota

Mañana me lusaré una muñeca frente a la estación de tren, lo sé. Se me caerán los anillos de los dedos y los recogerán las ratas que viven bajo las vías.
¿Quién atenderá mi lesión? Puede que esa negraza, de terso cuerpo de ébano, se apiade de mí y con una retorcedura sabia recoloque mis huesos. A las ratas ya las arreglaré yo más tarde. Soy el encargado de dosificar el veneno que las mantiene bajo control. Y a la negra maciza, ojalá pudiera pagárselo con mi amor.

martes, 17 de noviembre de 2009

El abanico

¿Un ventilador? Prefiero el abanico, cuando reposa en tu pecho. No hay nada más fresco.

Mi vecina

Y así sucesivamente, concluyó mi vecina Aurora hablándome de los novios que había tenido de joven. Uno detrás de otro. Sucesivamente.

Loco-moto-ra

El tren era el mejor medio de locomoción para llegar al lugar que eligieron. La estación, amplia, limpia y solitaria les acogió a ambos con la misma emoción con la que sus cuerpos esperaban ansiosos la llegada del otro. El encuentro produjo tanta energía como la locomotora (amor to loco).

Bus

Llegó a la estación de autobuses. Esperó. Ella llegó en su coche al cabo de unos minutos, pero el autobús ya había salido.

Al pacífico

Y, hablando de barcas, a ver cuando quedamos y nos vamos un fin de semana a perdernos en una isla del pacífico, el más pacífico que haya, por favor.

La barca

La barca navegaba sola bajo los arcos del puente nuevo, dejándose llevar por unos remos indolentes. Me lancé en picado a ocupar un puesto en su bancada y taladré el fondo con mis pies. La barca se hundió y yo la esperé con los brazos abiertos en el fondo. Ahora somos felices, compartiendo nuestra ilusión de algas y frío subfluvial.

Claro

Esto…pensaba yo, mientras no me salía ni una sola palabra.
Esto… ¿que estaba yo pensando?
Joder, si ya se me ha olvidado.
Es lo que tiene ser un genio.
Incomprendido, claro.

Ser algo

Si para ser algo hay que dar algo por serlo, que sea algo que tenga mi ser. Y viceversa.

El curso

Fue al comenzar a hablar cuando sentí que mi garganta se secaba. Intenté beber de la botella de agua, pero mis manos no podían alcanzarla. Intenté gritar para evitar el bochorno del silencio, pero mi voz se quebraba. El agua, por favor. Nada. Me miraban expectantes desde sus asientos, mientras yo agonizaba entre mi ordenador, que no funcionaba, y mi presentación paralizada. Lo de siempre, el mal sueño antes del curso de Power Point. Necesito otra siesta.

Semilla de arce


Amaina el temporal
bajo la sombra del arce.
Me arrodillo a recoger las semillas volanderas
y me dejan su sombra revoloteando en un rincón del alma.
Me conmueve su sencillez y su eficacia…
(Una extraña sensación de plenitud)
Esa mueca triste que abandono en el tiempo.
Esa queja sin sentido.
El viento que cejó y me dejó
con la sola compañía del frío intenso.
Y las semillas del arce revoloteando
sobre la calva de mi futuro.
Y de nuevo a pensar que esto no tiene sentido.
Si al menos fuera una semilla.
Tendría sentido el sentido de esta aplicación imaginaria.

Eso, los mismos

Que queremos si...
Que queremos no...
Que queremos:
Siempre lo mismo:
Estar en el más allá con los mismos deseos.

Tuberías


Hay tuberías que se rompen con la presión del agua.
Hay tuberías que estallan reventadas por el hielo.
Hay otras que, simplemente, son agujereadas por un error.
Hay tuberías que, de viejas, hay que cambiarlas.
Hay otras, al fin, que nunca precisan ser arregladas, pues no se usan.
Hay tuberías de acero, de plomo, de goma, de plástico,…
Hay tuberías llenas de espanto, otras de la gloria de un agua pura.
Hay otras vacías. Secas.
Otras tuberías son, sencillamente, adornos de escaparates.
Y algunas, incluso, obras de arte.
Pero todas, todas, son huecas.
Y por ellas, si se tiene paciencia, camina la luz.
Va de un lado al otro del estrecho túnel.
A veces, no tiene suficiente potencia
y se agota en su cansado deslizarse
Pero, si tienes paciencia,
todo llega.
Incluso la luz por esta infinita tubería.

(¿algo más, ilustre fontanero?)

Esto del pensar


Un inocente permiso me pide bajo la advocación del amor.
Cómo voy a negarme, si su aliento es la base de la pirámide.
Espero la oscura ráfaga de su mirada pegada a mi pupila,
con la ilusión de las hojas amarillas
bajo el asiento donde yago.
Si solo queda esto del pensar para salir adelante,
Sea!
Ya está resuelto el enigma: ¡pensemos!
Desatasquemos la emoción y hagamos como que vamos felices,
caminando con las manos prietas, juntos, por el túnel de los años.
Buscando un fin de fiesta propicio para el soliloquio de ambos.