jueves, 19 de marzo de 2020

Quinto día

Quinto día de confinamiento
por el decreto del estado de alarma,
que el estado de derecho
ha creído conveniente
y poner a todos los vecinos,
de cara a la pared del salón
donde está la tele.
Al parecer un virus coronado
está dando un paseo por el mundo
dejando en este viaje un reguero de hijos,
renegados y furiosos,
que llueven sobre la nariz de los humanos
haciendo trizas sus pulmones
y llevando a miles a los infiernos.
De paso se cargan los dineros
y los paseos y las tiendas
y el modo de vida que nos tenía tan contentos.
Virus contra virus
a ver quien sale vencedor,
quien es más fuerte:
¿El humano o el coronado,
el villano que desoye a su planeta
o el rey de los virus que es sordo a todo?
Allá vamos,
dejándonos la piel en el intento,
sin saber aún,
quien desató el invento,
si un salvaje animalito
o un salvaje ser humano,
deseoso de quedarse con todo
entre sus manos,
da igual que sea
materia viva o almas de muertos.
El objetivo es ser el primero
en vender la vacuna
que aplaque a los coronados
y deje sin dinero a los humanos.

(Lo siento, estaba todo preparado,
dejé la ventana abierta de mi laboratorio,
hermano. Es la ventaja de ser el primero.
¿Has leído la historia de los seres humanos?
Está todo dicho:
no tenemos solución)


Tiempo después...

Mi querida amiga Eufemia
Te comunico una cosa
No vayas a la academia 
Vos que sos tan estudiosa
Porque hay una epidemia,
De virus, tan peligrosa,
Que como se haga pandemia
Será supercontagiosa! 

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Ya estamos desescalados
Todo bien, supercontentos,
Salimos con los amigos,
A compartir alimentos,
Para que jueguen los niños, 
Que vean a sus abuelos, 
Pero aún nada de besos,

Porque es muy peligroso,
El contacto con los otros, 
No sea que haya contagio
Y de nuevo al confinamiento. 

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